La planeación del curso tomará en cuenta lo que propone Bates, “Cualquier cosa puede ser un objeto de aprendizaje. También dice que en general, la importancia de la interacción humano-máquina, es el desarrollo de habilidades intelectuales del estudiante, así como el que ésta –la interacción- es un medio para comunicarse con la gente a través de una computadora, no con la computadora, y este es el punto de partida para el tutor al inicio de la planeación del curso basado en tecnología, ya que es la herramienta con la cual se desarrollará el curso mismo, y sin la cual esto no sería posible. Los pasos siguientes serán el del diseño del curso y todos sus elementos, el marco de selección de la tecnología, desarrollo de los materiales a usar, verificación y evaluación del aprendizaje, sin dejar de lado desde luego la ejecución o puesta en marcha del programa en sí, donde se considerarán los siguientes puntos primordiales:
El rol del tutor en ambientes virtuales de aprendizaje, después de haber hecho las lecturas de los autores Lozano Rodríguez y Bates, concluyo que es primordialmente de moderador, más que de maestro, para lo cual requiere de un proceso largo de análisis previo a la planeación y al diseño del curso, y que así su ejecución se lleve a cabo de la mejor manera, cumpliendo los objetivos planteados para alcanzar las metas propuestas.
Las consideraciones fundamentales para llegar a esta conclusión son que todo este proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia deberá estar centrado en el alumno y sus necesidades, además de considerar los recursos a los que éste deberá tener alcance, de forma tal, que se garantice el aprendizaje a través de la investigación y de procesos mentales que desarrollen el pensamiento crítico utilizando todas las herramientas tecnológicas disponibles en un curso de este tipo.
Organización de la enseñanza en línea: el qué, el cómo y el cuándo.
Establecer el grupo: cuántos alumnos e instructores.
Abrir y cerrar sitios: sitios abiertos y restringidos.
Objetivos de discusión, cómo alcanzar las metas a través de discusiones y uso del pensamiento crítico en foros de discusión.
Orientación al alumno para que construya el conocimiento, resuelva problemas y alcance el nivel académico esperado.
Cómo evitar las trampas, reglas y procedimientos para dicho fin.
Software sugerido, lecturas sugeridas, referencias y materiales de estudio en general.
Tanto el tutor como el alumno se verán afectados si la carga de trabajo no puede ser manejada por ser excesiva o no ajustarse a los tiempos requeridos. El tutor será el moderador mismo de las discusiones abiertas, en foros o en grupos de chat, sin intervenir activamente pero llevando a cabo un constante y cercano monitoreo de las actividades realizadas por los alumnos de su grupo. Sus instrucciones deberán ser claras y precisas de antemano y desde el principio del curso para evitar excesivas preguntas y correos electrónicos de alumnos desorientados debido a la falta de información o de claridad en la misma, mientras más precisos los planteamientos, menos dudas y preguntas de parte de los alumnos, así aprenderán a trabajar en forma independiente y segura, sin necesidad de consultar al tutor constantemente, creando así su propia plataforma de conocimiento. Deberá ser empático, flexible y paciente, como menciona Lozano en su libro.
Una vez establecida la función o rol del tutor, queda por definir cómo se evalúa el aprendizaje en medios de educación a distancia.
Para la educación a distancia o virtual, la evaluación presencial se hace impráctica, ya que el tiempo y el espacio no son elementos a considerar en un curso así, y se requeriría de asistencia a centros de evaluación, limitando las posibilidades de acceso, no permiten flexibilidad. Sin embargo, la evaluación virtual ofrece ciertas ventajas, contra la presencial, pero presenta la problemática de la suplantación, pues no se sabe quién está respondiendo el examen en realidad, ni si tiene acceso simultáneo al examen a fuentes de información, las respuestas no serían fidedignas.
La asignación de trabajos incluye proyectos, estudio de casos, ensayos, con un enfoque autodirigido, pero presenta problemas de subjetividad en el evaluador, implica gran demanda de tiempo, pueden utilizarse fragmentos de otros autores (copy-paste).
Los foros permiten la participación, el debate y el compartir información entre los miembros de un grupo, además de la flexibilidad en tiempo pues no se tiene que participar al mismo tiempo que los demás. Sin embargo el seguimiento por parte del tutor puede ser muy laborioso y tardado, además los alumnos tienden a pensar que el valor en su evaluación será por la cantidad de aportaciones y no por la calidad de las mismas.
Los medios sincrónicos, a diferencia de los anteriores, permiten una respuesta inmediata, ya que la comunicación se lleva a cabo “en vivo” y para el tutor es más fácil tener seguridad en cuanto a que el alumno con quien conversa es quien dice ser. También ésta presenta desventajas en cuanto a la dedicación requerida para que el tutor revise y atienda a todos los alumnos y no da una certeza absoluta de la honestidad de los alumnos.
La autoevaluación (Skunk y Zimmerman, 1994), y la coevaluación son similares, en cuanto a que el alumno utiliza su propio criterio para evaluarse a sí mismo, pero promueve la subjetividad y la deshonestidad en la evaluación, ya que la calificación dependerá de su opinión sobre el trabajo de sí mismos y de los demás.
El rol del tutor en ambientes virtuales de aprendizaje, después de haber hecho las lecturas de los autores Lozano Rodríguez y Bates, concluyo que es primordialmente de moderador, más que de maestro, para lo cual requiere de un proceso largo de análisis previo a la planeación y al diseño del curso, y que así su ejecución se lleve a cabo de la mejor manera, cumpliendo los objetivos planteados para alcanzar las metas propuestas.
Las consideraciones fundamentales para llegar a esta conclusión son que todo este proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia deberá estar centrado en el alumno y sus necesidades, además de considerar los recursos a los que éste deberá tener alcance, de forma tal, que se garantice el aprendizaje a través de la investigación y de procesos mentales que desarrollen el pensamiento crítico utilizando todas las herramientas tecnológicas disponibles en un curso de este tipo.
La planeación del curso tomará en cuenta lo que propone Bates, “Cualquier cosa puede ser un objeto de aprendizaje. También dice que en general, la importancia de la interacción humano-máquina, es el desarrollo de habilidades intelectuales del estudiante, así como el que ésta –la interacción- es un medio para comunicarse con la gente a través de una computadora, no con la computadora, y este es el punto de partida para el tutor al inicio de la planeación del curso basado en tecnología, ya que es la herramienta con la cual se desarrollará el curso mismo, y sin la cual esto no sería posible. Los pasos siguientes serán el del diseño del curso y todos sus elementos, el marco de selección de la tecnología, desarrollo de los materiales a usar, verificación y evaluación del aprendizaje, sin dejar de lado desde luego la ejecución o puesta en marcha del programa en sí, donde se considerarán los siguientes puntos primordiales:
Organización de la enseñanza en línea: el qué, el cómo y el cuándo.
Establecer el grupo: cuántos alumnos e instructores.
Abrir y cerrar sitios: sitios abiertos y restringidos.
Objetivos de discusión, cómo alcanzar las metas a través de discusiones y uso del pensamiento crítico en foros de discusión.
Orientación al alumno para que construya el conocimiento, resuelva problemas y alcance el nivel académico esperado.
Cómo evitar las trampas, reglas y procedimientos para dicho fin.
Software sugerido, lecturas sugeridas, referencias y materiales de estudio en general.
Tanto el tutor como el alumno se verán afectados si la carga de trabajo no puede ser manejada por ser excesiva o no ajustarse a los tiempos requeridos. El tutor será el moderador mismo de las discusiones abiertas, en foros o en grupos de chat, sin intervenir activamente pero llevando a cabo un constante y cercano monitoreo de las actividades realizadas por los alumnos de su grupo. Sus instrucciones deberán ser claras y precisas de antemano y desde el principio del curso para evitar excesivas preguntas y correos electrónicos de alumnos desorientados debido a la falta de información o de claridad en la misma, mientras más precisos los planteamientos, menos dudas y preguntas de parte de los alumnos, así aprenderán a trabajar en forma independiente y segura, sin necesidad de consultar al tutor constantemente, creando así su propia plataforma de conocimiento. Deberá ser empático, flexible y paciente, como menciona Lozano en su libro.
Una vez establecida la función o rol del tutor, queda por definir cómo se evalúa el aprendizaje en medios de educación a distancia.
Existen diversas formas de evaluación: presencial, virtual, mediante trabajos asignados, foros asincrónicos de comunicación, medios sincrónicos de comunicación, autoevaluación y coevaluación. Todos son útiles, pero algunos son mejores que otros, según la finalidad que se persiga con ellos.
Para la educación a distancia o virtual, la evaluación presencial se hace impráctica, ya que el tiempo y el espacio no son elementos a considerar en un curso así, y se requeriría de asistencia a centros de evaluación, limitando las posibilidades de acceso, no permiten flexibilidad. Sin embargo, la evaluación virtual ofrece ciertas ventajas, contra la presencial, pero presenta la problemática de la suplantación, pues no se sabe quién está respondiendo el examen en realidad, ni si tiene acceso simultáneo al examen a fuentes de información, las respuestas no serían fidedignas.
La asignación de trabajos incluye proyectos, estudio de casos, ensayos, con un enfoque autodirigido, pero presenta problemas de subjetividad en el evaluador, implica gran demanda de tiempo, pueden utilizarse fragmentos de otros autores (copy-paste).
Los foros permiten la participación, el debate y el compartir información entre los miembros de un grupo, además de la flexibilidad en tiempo pues no se tiene que participar al mismo tiempo que los demás. Sin embargo el seguimiento por parte del tutor puede ser muy laborioso y tardado, además los alumnos tienden a pensar que el valor en su evaluación será por la cantidad de aportaciones y no por la calidad de las mismas.
Los medios sincrónicos, a diferencia de los anteriores, permiten una respuesta inmediata, ya que la comunicación se lleva a cabo “en vivo” y para el tutor es más fácil tener seguridad en cuanto a que el alumno con quien conversa es quien dice ser. También ésta presenta desventajas en cuanto a la dedicación requerida para que el tutor revise y atienda a todos los alumnos y no da una certeza absoluta de la honestidad de los alumnos.
La autoevaluación (Skunk y Zimmerman, 1994), y la coevaluación son similares, en cuanto a que el alumno utiliza su propio criterio para evaluarse a sí mismo, pero promueve la subjetividad y la deshonestidad en la evaluación, ya que la calificación dependerá de su opinión sobre el trabajo de sí mismos y de los demás.